Radio Metal Manuj
lunes, 23 de julio de 2012
Muchos awás viven aún aislados y están huyendo para salvar sus vidas.
“Un hombre puede parar lo que está ocurriendo: el ministro de Justicia de Brasil.
“En la ciudad nos sentimos tan inseguros como los forasteros en la selva”, cuenta un hombre awá llamado Espada. Sin embargo, la densa selva amazónica que antaño cubría enormes extensiones del noreste de Brasil prácticamente ha desaparecido, y no para ser reemplazada por ciudades, sino por un páramo aparentemente infinito de haciendas ganaderas. El último reducto de esta otrora fantástica selva, una de las más antiguas del mundo, se encuentra allá donde los pueblos tribales han resistido frente a los avances de los ganaderos y madereros.
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